martes, 4 de diciembre de 2012

Su espalda.

Su espalda. Es la última imagen que se me viene a la cabeza al recordar su figura. Constantemente de espaldas.
Siempre sentí que era una maratón, en la que iba corriendo detrás de él con todas mis fuerzas, divisando su espalda que se desvanecía en la lejanía, conforme me iba quedando sin aliento. Y con cada paso, y cada respiración, y el estremecimiento dentro de mi pecho, me iban dejando más desahuciada.

A veces cierro mis ojos para volver a encontrarlo. Para crear un tapiz de recuerdos en mi cabeza. Las largas caminatas en la canícula de esos días. Los abrazos "eternos" que sólo deseaban ser eso...eternos. El primer beso lleno de ternura con una sensación agridulce entremezclada.
Pero esa es nada más que mi cabeza, haciendome la gran y famosa, "Mala jugada"

"La próxima vez que mires atrás, observa con más cuidado"


Entonces me golpea cual flash de cámara lo que no quiero ver con terquedad...
Yo, llorando, casi rogando, y él en su escabroso silencio. De repente la cruda realidad.
Me mira anonadado, se da la vuelta dubitativo y se aleja....y la imagen que me quedó de ese día : Su espalda. Que es lo último que se me viene a la cabeza, cada vez que recuerdo su figura. 

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