miércoles, 9 de mayo de 2012


  Su resplandor nos daba alegría a todos. El brillo de su sonrisa me abrigaba del invierno, me  daba paz, me hacia sentir...en casa. Aún así, yo era muy tonta. No había podido notarlo hasta que fue muy tarde, hasta que me consumí.
  Sin duda el resplandor que emanaba de su rostro nos hacía sentir cálidos por dentro...
Tu luz me cegaba, opacaba y a la vez me encendía por dentro como una llama lujuriosa. La piel me ardía y mis labios se secaban hasta el punto de desquebrajarse...
Eras mi sol en un mundo maltratado y oscuro, pero no supe disfrutar del calor que me brindabas y...poco a poco, fui ardiendo con la furia del amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario